sábado, 31 de diciembre de 2011

2011, otro año maravilloso



Como todos los finales de año, tengo la sensación de que los doce meses anteriores han sido, en mayor o menor grado, un despilfarro de tiempo.


No es así, desde luego. Y afirmo que conviene luchar contra el abuso occidental de la acción por la acción y el concepto de eterno progreso. Ambos nos han llevado a donde estamos, disfrutando de esta crisis tan buscada, de este gobierno tan deseado, de esta sensación de abatimiento tan connatural. Si es que solo nos contentamos con lo mejor...


Pero vaya, que estaba hablando de mí y enseguida salto a lo general. En eso soy opuesto a otros muchos escritores, que solo saben hablar de ellos y sus picorcillos, suponiéndolos universales. Pero tampoco deseo dar mortaja al 2011 con un resquemor corporativo. 


Dentro de lo que cabe, para mí ha sido un año de comienzo. Ahora lo veo como el inicio de una cierta regeneración. No sé todavía si los frutos van a verse pronto o se harán esperar. Tengo el cuerpo un poco tonto, me temo. Pero la línea está trazada. Ya solo falta seguir en ella. Y espero que su estela dure unos cuantos años más sin deslucirse. 


Bien: algunos de mis propósitos ya los he expresado en entradas anteriores de este blog. Otros son fáciles de adivinar: adelgazar unos kilos, terminar esta novela (luego, repasarla y volverla a repasar, dejar que repose y darle una vuelta final antes de mostrarla por ahí), intentar dedicarme un poco menos al trabajo... En fin, lo de siempre. 


¿Dentro de doce meses sentiré lo mismo que ahora?

lunes, 26 de diciembre de 2011

A veces, el ojo izquierdo ve mucho mejor

 No me resistiré a incluir el artículo de José Mª Izquierdo titulado "Donde esté un buen curriculum...". A veces es mejor dejar que otros puntualicen con más tino lo que resulta evidente a poco que se pare uno a observar.

Y es que la estulticia de los medios afines al PP, la arrogancia de estos últimos y otros detalles me hacen prever que esta crisis va para largo si no cambian la línea principal de sus actuaciones. Aunque, con la mayoría absoluta que les hemos dado, ¿qué van a cambiar?


http://blogs.elpais.com/ojo-izquierdo/2011/12/donde-est%C3%A9-un-buen-curriculum.html#more

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Deseo de ser metrónomo.





De los grandes baterías clásicos se dice que, estén lo exaltados que estén, improvisen libremente o interpreten repertorio convencional y manido, siempre son fiables como un metrónomo. Máquinas de marcar el ritmo, de arraigar el arte en lo terreno, en la base que le da impulso para flotar. 


Con el tiempo, me gustaría que las páginas de este blog tuvieran ese carácter mundano y a la vez intemporal. Es decir, que sirvieran para caracterizar el momento en que se publicaron, sus balanceos histéricos, y a la vez dotaran su lectura de un abanico más amplio. Algo así como una cobertura de pensamiento que alzase sus palabras a la categoría de características o, más bien, de intemporales.  


En realidad, no sé si estoy hablando de estas páginas o de las otras, las de verdad, las que se resisten porque no estaban en sazón, no había necesidad en su existencia desprendida, pero en cuanto tenga el reposo necesario van a caer como fruta de verano. 


Siempre que intervengo en mis imaginaciones (vulgo: que comienzo un proyecto) me pregunto por el resultado final. Pero no el que yo pueda percibir inevitablemente desde dentro del cascarón creativo, sino el que los demás, los destinatarios únicos de ese esfuerzo, van a entender, a juzgar, a saborear. 


¿Hasta qué punto está bien medida la ironía? ¿Cómo se leerá la alusión que a mí me apetecía mostrar? Seguro que de modo diferente, inesperado. Situación que enerva tanto como tranquiliza, aunque siempre sorprende: yo no quise decir vuestras ideas pero, muy a mi pesar, están ahí. 


Si después de esta bofetada de humildad alguien sigue siendo fatuo y arrogante, se merece todas las que le puedan dar de verdad. 


Y, sin embargo, desearía que una sola vez, por casualidad y en un párrafo insólito, consiguiese medir lo que aún no ha sido expresado.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Me temo que estamos de bajona.





Flota por ahí un ambiente generalizado de pesimismo, una abulia tensa, quizá mezclada con dosis de miedo ante lo que se nos viene encima. Me pregunto por qué. 


Por qué hemos de estar cariacontecidos si lo que sucede es fruto directo de nuestras acciones. Tanto es así que estamos dispuestos a volver a las andadas en cuantito nos den un respiro. 


Vean, por ejemplo, la promesa del de la barba de reanudar las deducciones por compra de vivienda habitual. ¿Le apetecerá inflar otra burbujita? Creo que el fuelle no da para más historias, máxime con la situación catatónica del crédito, pero vaya. Por intentarlo no va a ser. Hay que tropezar de nuevo en el mismo peñasco. 


Por qué vamos a lamentarnos si nosotros los hemos aupado a donde se regodean de su suerte. Quién se lo iba a decir hace tres años y medio, cuando casi abandonan. Lo bien que viene una crisis para desbancar a los que gobiernan. Hagan lo que hagan y como lo hagan, que eso no importa a nadie. No obstante, después de su despreciable actuación, ahora piden consenso. Hay que ser optimistas. Los otros seguro que van con el rollo de ejercer una oposición razonable y pican. ¡Si es que los hay idiotas!


No veo por qué estamos tan hundidos si todos hemos contribuido a crear la atmósfera de triunfalismo junto al precipicio en que todo servía para aparentar que se es lo que nunca debería. Y comprar lo que no estaba al alcance salvo de los créditos absurdamente generosos. Sí, claro, concedidos por la misma banca que ahora los deniega y ejecuta el embargo. 


Ahora nos dicen que no hay que gastar. Vale. Bueno. Ahorraremos. Lo que no sé es quién va a poner en marcha la maquinaria si nadie compra, pero... 


Si es que deseamos volver a las andadas, por qué negarlo. 
En cuanto vemos una lucecita al fondo del túnel el culo se nos hace  gaseosa. 

lunes, 5 de diciembre de 2011

Duetti (Jaroussky-Cencic)



Someto a su consideración experta esta muestra del disco que acaban de editar Les Arts Florissants con dúos barrocos. Se trata de los contratenores Philippe Jarousssky y Max Emmmanuel Cencic. 


Las voces, aunque bien diferentes, están prodigiosamente empastadas. Es evidente cuál de ellas me entusiasma, pero he de reconocer que Cencic tiene un nivel de calidad estratosférico. Da la réplica en todo momento y jamás desmerece. Lo único es que la belleza de la voz de Jaroussky, para mí, no tiene rival en la actualidad. 


domingo, 4 de diciembre de 2011

Este Sardà tiene unas cosas...





Me refiero a la carta al director que publicó en el Periódico de Cataluña el otro día:


http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/gracias-senor-zapatero-1229021

Pues debo añadir que no es el único que piensa de ese modo. Yo mismo, aunque sin tanto entusiasmo, sí suscribo la tesis de que difícilmente podemos encontrar un gobierno de este país que haya sido juzgado tan duramente por hechos que en gran medida no han sido culpa suya. 


Bien es cierto que no ha tenido cintura, ni reflejos, ni capacidad de explicación. Y es que a veces parecían bobos. Me desesperaban. Pero que conste que han hecho lo que debían hacer, aun a costa de graves perjuicios para el partido socialista, por simple y llano sentido de estado. Y que los ladradores, que ahora disfrutan de un triunfo totalmente inmerecido, han hecho lo posible por torpedear la marcha del país, confundiendo a sabiendas parte con todo, gobierno con nación. 


Esa idea no me la va a quitar nadie. 


Y que conste otra cosa: desde el primer minuto de mandato del PP voy a empezar a hacer oposición y a ponerlos a caldo en cuanto se me ofrezca la oportunidad. Igualito que hizo la gentuza esta, que empezó en el 2004 y no ha parado hasta volver al poder. 


Pero con más estilo, claro. Todavía hay clases.