lunes, 29 de octubre de 2012

El caso del Concurso Ciudad de Burgos


Veamos lo sucedido esta semana en el Concurso de Poesía Ciudad de Burgos. Resultó ganador de los 7.200 € y la publicación en Editorial Visor el poeta Daniel Rodríguez Moya, con "Las cosas que se dicen en voz baja". 

Pues bien: el día 27/10, el Diario de Burgos anuncia que los dos pre-seleccionadores del premio, Ricardo Ruiz y Pedro Olaya, han escrito una carta informando de que el poemario premiado no estaba entre los 11 finalistas (de 141 presentados) y, por tanto, acusando al jurado de incluirlo a ultima hora, a pesar de su baja calidad, exclusivamente para ser premiado. 

Se da la circunstancia de que el ganador es granadino, igual que el presidente del jurado, el muy honorable Luis García Montero, y de que ya había publicado varios libros en Editorial Visor, la encargada este año de publicar el libro. Chus Visor, honorable director de la misma, también figuraba entre los miembros del honorabilísimo jurado, que se completaba con los no menos honorables señores Joan Margarit, Jesús Jiménez y Luis Morante. 


                  (De derecha a izquierda, García Montero, 
                   Chus Visor y Benjamín Prado)

Para los dos pre-seleccionadores, "esta actitud pone en entredicho la credibilidad y honestidad de quienes han realizado el trabajo previo y cuestiona la imagen del Ayuntamiento de Burgos, entidad organizadora. Que este comportamiento sea moneda habitual en los concursos, como reconocen sin tapujos estos impúdicos vates y sus cómplices, no les exime de una responsabilidad ética y moral que debe primar en aquellos comportamientos que afectan a terceros, en este caso a la entidad patrocinadora, a los responsables de la selección rigurosa de los trabajos y, por supuesto, al resto de autores finalistas del certamen". 


Asimismo, denunciaron "la actitud que tanto la editorial Visor como algunos acreditados miembros del jurado que, presumiendo de ética, han puesto en práctica para premiar un trabajo que, dada su escasa calidad, no había sido seleccionado previamente y que no dudaron en incluir entre las obras finalistas para, sin recato ni pudor alguno, otorgarle el reconocido premio poético".


Hasta aquí, lo habitual en tanto premios literarios, cosa que tengo bien denunciada en este blog, y que de tan común ya no llama la atención. Lo que más me ha gustado del asunto es las declaraciones de nuestro querido Luis García Montero, adalid de la postura ética de izquierdas, que se mostró: 

"Muy sorprendido por el tono de furor y de injusticia que han utilizado los preseleccionadores", indicando que no son miembros del jurado, sino una ayuda y que (…) "Cuando al responsable de la editorial o a un miembro del jurado le llega la noticia de que alguien se ha presentado al premio, tiene derecho a pedir que su libro se añada a la deliberación. Esa es la costumbre establecida en la inmensa mayoría de los concursos literarios y eso es lo que ocurrió en el Premio Ciudad de Burgos". 

Más aún, García Montero añade que estos pre-seleccionadores: "Con su soberbia y su agresión ensucian el nombre público de personas respetables y desaniman a las instituciones que deciden apostar por la poesía en tiempos difíciles para la cultura".

"Pero, de la misma forma que en las bases se especifica que el fallo es cosa del jurado", contrarresta el Diario de Burgos, "en ningún punto de las mismas se hace referencia a esa ‘costumbre’ de la que habla García Montero".

(véase la noticia completa en: http://www.diariodeburgos.es/noticia/Z3D60CD2D-DDBE-1B23-E3F1629188182037/20121027/polemica/decision/jurado/cuestiona/limpieza/premio/ciudad/burgos)

Dicho de otro modo: la desfachatez es tanta y la sensación de impunidad tan evidente que el mamarracho en cuestión se permite apuntar la "costumbre" ( o sea, el pasteleo habitual) como un hecho favorecedor de la literatura, mientras que la limpieza y rectitud son consideradas "furor e injusticia".

Así nos luce el pelo en este país: ¿a alguien le suena eso de que ciertas empresas privadas utilicen los recursos públicos para fomentar sus negocios?

sábado, 27 de octubre de 2012

Cómo comer sushi (The Japanese tradition).


Realmente, es una lástima que este descacharrante vídeo no esté subtitulado en español. Pero como sé que mis cultísimos lectores dominan el inglés, ahí, va, para deleite de la muchachada. 





A ver quién se atreve luego a afirmar que los nipones no tienen sentido del humor.

miércoles, 24 de octubre de 2012

"El Parnaso", de Estevan Daça





Quando las desdichas mías 
pienso que se han de acabar, 
se tornan a començar. 

Si ventura, de piadosa, 
alguna dicha me ordena, 
desdicha la desordena, 
que es en mi mas poderosa.

Nunca se atraviesa cosa
en que me pueda dañar
que no torne a començar. 


Gran interpretación la de El Cortesano (José Hernández Pastor, contratenor, y Ariel Abramovich, vihuelista) de este "villancico a cuatro" de Estevan Daça, vallisoletano de la segunda mitad del siglo XVI. 

Quizás en este comienzo de otoño necesite de este "El Parnaso", libro para vihuela y voz tan delicado y frágil, a la vez que evocador y ligero. 

Reconozco que la música renacentista no tiene el atractivo inmediato de la barroca, ni su riqueza de contrastes, ni la madurez instrumental y de composición que alcanza apenas cincuenta años después. Hay que tener una actitud abierta para penetrar en sus aparentes monotonías. Los frutos merecen la pena, lo aseguro. 


viernes, 19 de octubre de 2012

"Sweet Tooth" , de Ian McEwan



No resistí la tentación de leer la última novela de Ian McEwan antes que apareciera traducida al español (*), y la verdad es que me ha gustado bastante. Mucho más que "Chesil Beach", desde luego, pues me pareció un tour de force literario algo forzado y poco interesante, pero menos que "Expiación" (para mi gusto, su mejor obra de los últimos años). 

La acción está situada en Inglaterra a principios de los años setenta. La protagonista, Serena, es introducida por un antiguo amante en el MI5, los servicios secretos británicos. Allí se le ordena contrarrestar la entonces sólida posición de los comunistas en el mundo intelectual, apoyando a autores que se desmarcan de esta tendencia bajo la cobertura de una fundación filantrópica. Desgraciadamente, se involucra en una relación amorosa con uno de esos escritores, un joven prometedor en el comienzo de su carrera. Su posición entre dos situaciones contradictorias e irreconciliables lleva a un final abrupto que es, sin duda, el mayor encanto dela novela. 

Porque McEwan está como siempre: algo tramposillo, eficaz narrador, fino prosista y un fenómeno con los cierres de la novela. Ya en "Expiación" forzaba al lector magistralmente a reconsiderar cada línea que había leído, a encajar de nuevo las piezas y darles su sentido final, que distaba bastante del que había supuesto hasta el momento. En "Sweet Tooth" (algo así como "Goloso" o "Golosina", traducido literalmente) vuelve a sus buenos hábitos y nos regala un final sorprendente, no tan logrado como aquel pero, no obstante, una maravilla de buen hacer y de relojería estructural que a más de uno dejará con la boca abierta. 

A ver si la traducen pronto.  



(*) Fue publicada en Inglaterra el 21 de agosto de este año y supongo que pronto lo hará aquí Anagrama.

domingo, 7 de octubre de 2012

Well, let's talk politics... (*)



Como soy un pesado, de vez en cuando recurro a la memoria. Y estos días no he podido evitar acordarme del en su momento apocalíptico plan Ibarretxe. Que fue generado y desarrollado en el arrogante, estúpido, brutal segundo cuatrienio de Aznar (2000-2004) y deshecho en un instante al poco de entrar a gobernar Rodríguez Zapatero. 

Recordemos cómo al bueno de Ibarretxe se le dio la oportunidad de expresarse y debatir su plan en el Congreso de los Diputados. Y cómo se votó, se rechazó y, cuando quiso darse cuenta, ya estaba el Lehendakari de vuelta en Vitoria y preguntándose: "¿Qué me ha pasado, pues?" 

Lo que era una amenaza tremenda a la unidad del país, un reto independentista, una colaboración con el terrorismo etarra y bla, bla, bla, pasó a ser una larga cambiada, faena de aliño y, ¡zas!, el morlaco es devuelto a los corrales. Con elegancia. Con clase. Con todas las garantías, legitimidades e incluso cortesía democráticas. 

Veamos lo que sucedió el otro día entre Artur Mas y Mariano Rajoy: venía el catalán con el "Me va a decir que no a lo que le pido" por delante. ¿Qué hizo Mariano el Corto? Decir que no tajantemente. Con dos cojones. Porque sí. 

Más aún: pocos días después se celebra la conferencia de presidentes de Comunidades Autónomas. Protocolo: se sientan los presis según el orden cronológico de aprobación de su correspondiente Estatuto de Autonomía, de más a menos cerca del Presidente del Gobierno de España. Primero, Patxi López, segundo, Artur Mas. ¿Qué hace Marianico? Coloca a la repipi de la Soraya (Sáenz de Santamaría) entre Mas y él, cosa que nunca había sucedido. Otro agravio infantil, gratuito, estúpido y, sobre todo, inútil. Porque Mas, a pesar de lo que parecía, no se ha plegado a las exigencias de recortes de déficit que impone. El, que es el que antes y más ha recortado en su comunidad. Hay que ser cenutrio para cometer torpezas de este calibre una y otra vez.

Algunos dicen que todos los políticos son iguales. No es cierto. Los hay mucho más torpes. Parece ser que la derecha troglodita que padecemos se lleva la palma en este aspecto. Así como del plan Ibarretxe nunca más se ha oído hablar (hasta hace pocas fechas, precisamente), de CiU y del PNV-Bildu seguro que vamos a tener noticias abundantes. 

Me imagino que los augustos regidores de este país serán tan hábiles como de costumbre. Y tendrán que volver los socialistas a arreglar el desaguisado en 2015, como si lo viera. 

(*) Cito a Blaine Raininger, de Tuxedomoon, en una histórica entrevista-actuación con Paloma Chamorro (TVE) a principios de los ochenta, en pleno apogeo de Ronald Reagan en EEUU.

martes, 2 de octubre de 2012

¡Y ahora nos rescatan!



Ya me gustaría que explicaran de quién o de qué exactamente, y quién creó las condiciones para que el príncipe azul venga a salvarnos del fiero dragón en su caballo bayo

Por lo pronto, me veo trabajando hasta que las ranas críen pelo. O hasta que San Juan baje el dedo, y lo tiene de piedra. 



Hablando de eso, mi abuela Libia solía decir: "Eres como los santos de Francia, que tienen ojos y no ven". Se refería a las estatuas de las catedrales del Císter, de origen francés, según deduje más adelante. 

Así están los ceporros que nos gobiernan: sin una triste idea, sin ángulo de visión por las anteojeras neoliberales que llevan puestas. Ciegos. Torpes. Lerdos. De piedra  e inermes ante lo que nos viene. 

Escuché la milonga de los presupuestos para 2013 (otro año triunfal) y no encontré NI UNA SOLA IDEA para reactivar la economía y crear empleo. Nada.

Y es que en este país no se crearán puestos de trabajo mientras no se tire del carro con el sector público, como ha sucedido siempre. ¿O hay que volver al ejemplo del New Deal de Roosevelt para que capten el conceto esas acémilas del gobierno?