martes, 25 de junio de 2013

Tremendo el Cuarteto Jerusalem.



Cuarteto del que estamos escuchando a lo largo del mes de junio la integral de cuartetos para cuerda de Shostakovich en unas versiones bellísimas, interpretadas con inteligencia y precisión, con un conocimiento profundo de la partitura. 

Tremenda, también, su versión de "La dama y la doncella", de Franz Schubert, uno de los pocos autores románticos que soporto. De hecho, me parece que mantiene una tensión beethoveniana, aun siendo de carácter muy diferente, que le favorece enormemente. La energía de Schubert es comparable, si no en grandiosidad, sí en intensidad. 




Y, como Ludwig, tiene ideas. Quiero decir que no se agota en la repetición de un simple tema, por bueno que sea, y tropecientas variaciones. Las ideas se le agolpan a veces, pero su técnica exquisita, porque era un maestro componiendo, las hace encajar a la perfección. 

Decía que la grabación del Cuarteto Jerusalem en 2008 para el sello Harmonia Mundi ganó el premio Echo Classic. No me extraña. Es la mejor que he oído. Fina, excelsamente tocada, intensa, conmovedora. Una revelación. 

sábado, 22 de junio de 2013

El mejor, en la pública, como siempre.




Este es el chavalote que ha conseguido un 9,95 de media en la P.A.U. (Selectividad) de este año. Se llama Anatolio Alonso Crespo y ha estudiado en el I.E.S. Juan de la Cierva, en Madrid. En un instituto público, sin programas de excelencia, sin bilingüismos, también sin las tonterías exclusivistas de tantísimos colegios privados y concertados. 

Encima, se enfunda orgullosamente la camiseta verde de defensa de la escuela pública y dice que no descarta ser político. 

Ya querría yo que los mejores de cada generación se dedicaran a la política. Igual cambiaban algunas cosas. 


Aspectos y líneas




Desde hace meses lo hago. Poco después de comer, sacudo la pereza del sofá en que me apoltrono, me encasqueto ropa con la que jamás se me ha visto (y me temo que con motivos de sobra) y me planto en el gimnasio local para dar estopa a este cuerpo saleroso. 

Uno piensa que es por la línea, lo justifica diciendo cosas muy ciertas, como que la espalda se resiente (esas malditas lumbares, hartas de mis muchas horas de escritorio), que a cierta edad no hay manera de controlar el aumento de peso, que el cuerpo se anquilosa si no se mueve, que está bien tener músculos donde antes no se sospechaban... 

Pero hay otra realidad: llevaba tiempo observando en el espejo una clara propensión a desarrollar belfos de perro pachón, herencia indudable de mi abuelo Emilio. Y, qué queréis que os diga, no soy yo de los que niegan su dotación genética-, por mala que pueda parecerme. 

Entiendo, por ejemplo, que esta nariz mía procede de mi abuelo Segundo, el paterno, aspecto narigal que además comparto con mi hermana Juli. O que mi carácter debe más de lo que quisiera a ciertas intemperancias de mi padre. 

Pero, de verdad, espero parecerme, más o menos a su misma edad, a quien era ya anciano cuando lo recuerdo. Sé que lo que tengo inscrito en el ADN. No me importa. Veamos si, como en otras ocasiones, puedo mejorarlo. O, al menos, posponerlo unos años. 

viernes, 7 de junio de 2013

¡Hay que ayudar a los ricos!



No basta con cederles parcelas gratis para que construyan sus colegios, ni subvencionar su enseñanza para que impartan doctrina religiosa y facherío de la más rancia tradición, ni forzar leyes y normativas para que beneficien sus negocios. NO. Necesitan más. Siempre exigen más. 

Eso lo conocen bien los dirigentes de Educación de esta bendita Comunidad Autónoma. Por eso, dicen los que están al tanto, a los chavalitos de un colegio privadísimo que, por casualidad, pertenece al opus dei se les ha filtrado el contenido de varios exámenes de selectividad. 



Estas cosas, por muy en secreto que quieran mantenerlas, despiertan tanto interés que al final acaban por divulgarse. Ya saben: amigos de amigos de amigos, lo cuento a fulanito, gente de confianza, para que se beneficien los buenos... El caso es que ha trascendido de tal modo que, pocos días antes de realizarse las pruebas, los responsables de las mismas han debido cambiar dichos exámenes. El escándalo era demasiado importante y amenazaba con saltar a la prensa. 


Pues bien: afirmo que no hay filtración posible sino voluntad declarada de hundir la enseñanza pública, cosa que han demostrado con creces los responsables del área de Educación en Madrid. Ahora, no contentos con los sucesivos recortes (y cuidado: están lejos de acabar), deciden que los de la privada más carca, machista, discriminatoria y lela saquen notas excelentes, a pesar de lo notoria que es desde siempre su ineptitud y falta de relevancia académica. 

Lucía Figar, Consejera de Educación de la Comunidad de Madrid

Claro que hay que ayudarles un poquito. Aunque tenga que ser desde las altas instancias, que para eso están en el poder: para echar una mano a los suyos. 

Repito: hay que echar del gobierno a esta gentuza. 

jueves, 6 de junio de 2013

A veces, uno es muy tonto.



Tanto, que obvia lo más evidente y desprecia aspectos interesantísimos que a otro sin tantas ínfulas le satisfacen. Vistos con el tiempo, resulta que tenía razón. 

Me refiero, en concreto, a mi reciente relectura de novela tan archiconocida como "Orgullo y prejuicio", de Jane Austen. Me obligaron a tragármela durante la carrera y, por el mero hecho de que le encantara a la casi totalidad de las pedorras que estudiaban conmigo, la leí de mala gana y no me interesó más de lo necesario para pasar el examen. 

También vi en su momento la película con la boba de Keira Knightley interpretando a  Elizabeth Bennet, cómo no, y me resultó entretenida. Poco más.

Ahora he cogido el ladrillo por banda y lo he finiquitado en menos de tres días, a ratos perdidos. Me ha gustado bastante. Y, aparte de las consideraciones sobre mi obcecación pasada (recuerdo que por aquel entonces estaba irritado porque a nadie parecía interesarle mi adorado Lawrence Sterne y toda la retahíla de los Wordsworth, Coleridge, Keats, Shelley, Byron, Dickens, etc.) considero que la novela es excelente y a ratos muy divertida.

Más aún, el guión de la película es inteligente y muy lúcido. La puesta en escena, eficacísima, resulta de gran belleza visual, aunque a veces se recree en exceso.



Aparte de que los actores secundarios (Brenda Blethyn como la señora Bennet y Donald Sutherland como su marido, por ejemplo) son fantásticos, como suele suceder en muchas películas anglosajonas. 


En fin, mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa. La edad permite reconocer errores pasados, aunque no sea siempre tan fácil deshacerlos. Como cuando te introduces en el mundo delicioso y menos complaciente de lo que parece de Jane Austen.



martes, 4 de junio de 2013

"Folle è ben che si crede", de Tarquinio Merula, por Raquel Andueza.



Actualmente, esta es una de las más emocionantes versiones de la bellísima canción de Merula:





Y lo digo porque acabo de oír la misma pieza interpretada por Magdalena Kozená, mezzosoprano que me entusiasma, y no es tan arrebatadora. Me refiero al disco de hace unos años, "Lettere amorose". La prefiero con Bach (lo borda) o incluso con Vivaldi. 

Para que se pueda comprobar la diferencia, he aquí lo único que he encontrado en youtube. No tiene la calidad de una grabación de estudio, pero dará una idea de lo que es Magdalena. 





Y es que en directo tiene una potencia y emotividad que apabullan. Pero creo que en este caso prima la finura; la interpretación humilde obtiene mejores logros. No siempre es cosa de ir arrasando. 

Como ejemplo, otra versión, esta vez a cargo de Marta Infante, finamente instrumentada: 

domingo, 2 de junio de 2013



Y, para quienes duden de las virtudes del toreo a que aludo en la entrada anterior, ahí va este enlace con El País de hoy mismo. Crónicas así devuelven la fe.
http://cultura.elpais.com/cultura/2013/06/01/actualidad/1370117604_379995.html