miércoles, 24 de junio de 2015

Lo merezco.



 Oigo que la vida fluye, o cosa parecida, y no puedo estar más de acuerdo. Aunque no conozco la intención de quien lo dijo en un contexto bien diferente, aprovecho sus palabras y me las apropio, como suelo cuando algo interesa. 

Es casi demoníaca la sensación del paso del tiempo. "Panta rei", pero "rei" de verdad, sin interrupción, con insidia, como si fuera la vida en ello. Y va.  

Hace poco tenía ocasión de soñar con gentes que fueron mías a los dieciocho, veintipocos años, y han pasado al menos otros tantos desde que las vi por última vez. Aunque las imagino al menos tan postergadas como yo, con sus malicias, derivas de la edad, achaques iniciales, huellas de tanta lluvia que nos ha caído, sin embargo se me representan turgentes e imperiosas, ingenuas, seductoras, desprendidas, muy gilipollas. Tal como fuimos. 

Para las afueras, comento que, en el sueño de rejuvenecer a voluntad, jamás volvería a pasar lo que he pasado desde entonces. Pero miento. Me miento a mí y acallo las fantasías ajenas con falacias que nunca podrán convencerme. 

¿Volvería a ser imbécil y equivocarme, a aburrirme y hacer el indio, a engañar y que me hiciesen más maduro a fuerza de traiciones? A pies juntillas. Aunque repitiese las mismas torpezas, solo por aspirar los aromas que hace tanto no me vuelven la cabeza y dicen: "ese fui yo; ahí me tuvieron cautivo". 

Sí, nacería otra vez. Y con todo el dolor, para que quien ahora soy supiera que este tiempo no ha podrido la capa interior, la que enrojecía sin medida y se mostraba tan bella como inútil, tan desconocida que casi me recuerda estos momentos de incertidumbre. Soy quien fui, y lo merezco. 

lunes, 15 de junio de 2015

Tormenta diaria.

Cuando amaga el primer relámpago, ya todo está decidido. Entonces se ven las nubes, el viento parece más fuerte y destemplado, hay sonidos que inesperadamente absorben la presión del momento y que, poco antes, habrían sido impensables. La tarde se hunde en tinieblas desaforadas, en esplendores momentáneos que a la postre la vuelven más gris. 


Pero, al poco, uno se acostumbra al estrépito. En realidad, tampoco es tan grave estar bajo el chaparrón, encogerse con cada estallido, buscar a la carrera un refugio endeble que permita creerse en mejor condición. 

Qué lástima: a estas alturas de partido ya no me consuela la limosna cotidiana. Prefiero exponerme al fuego del cielo. En despoblado.

miércoles, 3 de junio de 2015

Todo va cuadrando.




Que era una incompetente y una arribista, eso lo sabíamos todos aquí en Madrid. Que nunca había tenido una aparición relevante en temas tocantes a su negociado (Consejería de Educación), también. Ahora resulta que está implicada (por decirlo de modo caritativo) en la trama Púnica. Vaya con Lucía Figar. Y parecía idiota. 

Así que su marcha a la empresa privada podría tener otras motivaciones más públicas y menos de "necesidad de tener tiempo para la familia", que es la sandez que suelen decir estos individuos cuando hacen funcionar la puerta giratoria. Y cuando se ven a punto de ser derribados por la investigación judicial. 

Pues nada, Lucía, nada. a disfrutar de tu empresa, tu familia y tu (hipotético) juicio en horario completo. A ver si ahí destacas lo que no has hecho todos estos años en Educación. 

Lo mejor de esta historia es que Cristina Cifuentes anda largando trapo y quitándose de enmedio: "Yo no he tenido nada que ver", dice, viendo los pactos con Ciudadanos un poquito en el aire (¿no eran "Ciudatans" hace unos meses?). 

De verdad que me encantaría que no salieran adelante pero, conociendo a los de Albert Rivera, yo diría que puede dormir tranquila. 

En cuanto a Esperanza Aguirre, ya no sé qué decir. Salvo que, pura e inmaculada, todo su equipo estaba formado por corruptos. Hasta los más inanes, como Lucía Figar, que tenía más de zote que otra cosa. Hay que ver la mala suerte que tiene la sra. condesa. Debe de ser un caso único en la historia. 

¿Está seguro Rajoy de que hasta las elecciones generales de noviembre no van a seguir goteando casos como este o más graves aún?