domingo, 6 de septiembre de 2015

Llevo unos días atorado...

...Con las actividades del momento, las que más exigen y menos recompensan. Pero también hay felicidad en dejarse pasar sin más obligación que la exigida para subsistir. A veces, es impensable otra vida. 


Otra cosa: he leído "Distancia de rescate" (Ed. Random House) y los cuentos de "Siete casas vacías" (Ed. Páginas de Espuma), de Samanta Schweblin, autora argentina que viene recomendadísima por toda la modernez puesta en el momento y en lo que hay que hacer porque si no, no. 

La chica es buena, qué duda cabe. Tiene una prosa ágil, potente, fluida y muy capaz de llevar al lector adonde le interesa. Lo malo es que, en bastantes ocasiones, nuestros gustos divergen. Vamos, que me quedo como estoy. No acaba de calar hondo lo que propone. 

Ya me parece patético el que cada vez que surge un escritor con garra se le califique de, pongamos, "el nuevo Cortázar". Eso mismo han dicho de Samanta. Y hay dos problemas: primero, no se parecen demasiado. Segundo, no le llega a la altura del zapato. 

E, insisto, es muy buena y me agrada cuanto hace. Pero se recrea demasiado en un mundo propio, obsesivo, asfixiante, que me parece muy bien para una obra. Luego hay que dar alternativas al lector. Y ahí fallamos. 

Su novela "Distancia de rescate", por ejemplo, es original en el planteamiento y suficientemente vaga ( y tramposa) para tenerte en vilo un número corto de páginas. No toda la novela, a pesar de que tampoco es larga (124 páginas con letra gordota y espacios generosos). Parece más bien un cuento desmesurado, hipertrófico. Y eso le resta eficacia. 

Luego, la vaguedad estudiada de sus personajes y situaciones. El no dar datos suficientes para que el lector se sitúe no siempre juega a favor del texto. Si no sabes en absoluto qué hace la mujer narradora, quién es en realidad su interlocutor ni cómo acaba la historia, a la postre te preguntas por qué sigues leyendo ese ladrillo.

La virtud de Schweblin es que el lector siga atado a la lectura por algo más que disciplina. La debilidad, que no logra ser del todo interesante; simplemente, un texto demasiado oscuro. 

No sé si recomendar o no a esta autora. Tiene su valía, ya he dicho que es buena narradora, pero creo que debería articular mejor sus obsesiones. Por el momento, me reservo el veredicto.