viernes, 17 de noviembre de 2023

jueves, 16 de noviembre de 2023

 "Marea de mi tiempo", premiada en Zaragoza (y 2) 

http://www.dpz.es/noticias/la-dpz-concede-el-xxxiii-premio-santa-isabel-de-narrativa-al-turiasonense-jose-maria-milagro-artieda-por-201cmarea-de-mi-tiempo201d

    ¿Y de qué trata la novela? Esta es la sinopsis que solía mandar a las editoriales cuando aún pensaba que tenía posibilidades: 

    "José Miguel, profesor de mediana edad casado con Miren, desempeña con escaso entusiasmo un cargo directivo en su instituto de Madrid. Lo que realmente le interesa es escribir. Cuando arranca Marea de mi tiempo imagina a Marisa Genzor, protagonista de Los halladores, la novela cuya redacción ha iniciado poco antes. En los meses que suceden veremos cómo esa novela se intercala con su vida cotidiana, más azarosa e interesante de lo que en un primer momento podría parecer.

    Porque José Miguel mantiene en paralelo una relación con Adriana, joven profesora de violonchelo, mientras busca cómo recomponer su decaído matrimonio con Miren. Llevar a buen puerto ambas relaciones no parece fácil, por lo que a menudo se refugia en el mundo paralelo de Los halladores, historia que parece a ratos replicar la suya propia o en otros desmentirla con ironía.

    Más aún, su hija Oihana, su ojito derecho, ha ido a estudiar diseño en Barcelona. Constantemente es motivo de preocupación para ambos padres, pues parece que ha comenzado a salir con un profesor de la Escuela varios años mayor que ella, y Miren no está dispuesta a transigir con ello. José Miguel está atrapado en su papel de padre y, a la vez, mediador entre las dos mujeres.

    Por otro lado, la jubilación del director de su centro de trabajo le fuerza a tomar decisiones drásticas que afectan a su futuro inmediato: no le queda otra que sucederle en el cargo meses después, circunstancia con lo que no había contado y que le causa no poca preocupación.

    ¿Y qué hay de Los halladores, la novela que José Miguel está escribiendo? Cuenta la historia de Marisa, funcionaria de la Diputación de Aragón, que es enviada a su ciudad natal, Badacena, a averiguar las causas de un extraño suceso: las tasas de lectura llevan tiempo rebasando todas las estadísticas y, además, preocupa una serie de muertes accidentales sin aparente explicación que vienen sucediendo con insistencia.

    Allí se encuentra con Nacho, un novio de juventud, y su pandilla de amigos, que terminan descubriéndole el misterio: don Aníbal Cerrada, un viejo prócer, adinerado y misántropo, ha muerto meses antes, dejando su herencia al pueblo de Badacena. Pero la condición es una sucesión de pruebas a modo de acertijos que deben resolver quienes, nacidos en la ciudad, deseen cobrar su parte de la herencia. Estas pruebas tienen cada vez de mayor dificultad y, al parecer, han sido sembradas de trampas de todo tipo que ya llevan cobradas varias víctimas. De ahí el uso exagerado de las bibliotecas para consultar todo tipo de pistas que conduzcan a la solución, y de ahí también los accidentes, en algunos casos mortales, que han llamado la atención de los superiores de Marisa. Esta se une al grupo en busca de las recompensas, que acabará por sufrir los efectos de más de una añagaza, mientras reanuda su relación de juventud con Nacho, tantos años después.

    Así, mientras la vida de José Miguel se desborda y, no sin daños imprevistos, logra volver a su cauce, también los personajes de esa novela están sujetos a giros del destino que parecen reflejar irónicamente los de su autor, hasta un final que anuda ambas historias con la misma serenidad que suceden los hechos cotidianos, y también con su misma extrañeza". 

miércoles, 15 de noviembre de 2023

"Marea de mi tiempo", premiada en Zaragoza.


    A ver, parece que desde hace años no encuentro motivos para entrar en este blog casi abandonado salvo cuando hay noticias que comunicar. Noticias de carácter literario, quiero decir. Y anteayer tuve la sorpresa de recibir el XXXIII Premio de Narrativa Santa Isabel de Aragón, Reina de Portugal, que concede cada año la Diputación Provincial de Zaragoza. 
    La obra premiada, una novela que escribí en el tiempo récord de unos seis meses el año pasado, se titula Marea de mi tiempo.
   Pues estaba en casa desprevenido, revisando una página web de muebles para elegir una mesita de comedor, que buena falta nos hace, cuando recibí la llamada de una amabilísima funcionaria de la dicha Diputación para indicarme que me enviaba por correo el modelo 145. Debía cumplimentarlo y enviarlo por e-mail para proceder a gestionar el premio. "¿Qué premio?", le dije. "¡Ah, que no se lo han comunicado!", respondió la pobre, casi tartamudeando. Y me dio la noticia del fallo, que se había producido al menos una semana antes, creí entenderle. Hay que joderse con los burócratas, con lo organizados que parecen, la de veces que patinan. 
    El Santa Isabel de Aragón llega en un buen momento, pues ya casi había desesperado de poder publicar mi última novela y estaba agotando los últimos cartuchos de la batería de editoriales, agentes literarios, encuentros con editores y premios varios que sondeo normalmente al terminar una obra. Créanme cuando digo que toco en todas las puertas que se me ocurren y casi no quedaba vecindario que molestar. 
    Por otra parte, y no es cinismo, el azar de los premios literarios que organizan empresas privadas y bastantes entidades públicas asociadas con editoriales cada vez me resulta menos azar y más compadreo de agentes, cuadrillas de amiguetes y pago de favores. Así que fue mayúscula la sorpresa al recibir el premio de la Diputación de Zaragoza, yo que hasta hace un rato ni siquiera conocía a los miembros del jurado. De nombre, quiero decir, porque tampoco he tenido el placer de verlos en persona. Y bien que me intriga conocer sus motivaciones, créanme.  
    Además, soy un tanto peculiar en mis hábitos de escritor y, en lo tocante a las novelas, me cuesta mucho comenzar la escritura de una mientras la anterior no la tengo colocada. Con lo que ahora sí puedo dedicarme a lo que realmente me interesa, ya puedo dar inicio a una historia que llevo pensada y repensada desde hace al menos diez años y que me va a costar bastante más que Marea de mi tiempo, eso lo doy por seguro. Ahí está la emoción.