miércoles, 20 de octubre de 2010



Recuerdo una ocasión. Esto fue hacia el final del otoño. Había prometido que estaría y yo creí su palabra. Acudí pronto. Esperé bastante más de una hora acechando la puerta del bar, viendo mi imagen en el espejo tras la barra. Al no aparecer me sentí traicionado, ridículo, engañado en lo más profundo. Volvía a coger el autobús de vuelta a casa rumiando mi decepción cuando la vi en la acera de enfrente. La acompañaban amigas del colegio. Reía, despreocupada. No me vio. Yo no me atreví a saludarla. ¿Qué podría haberle dicho?

Ahora ya no veo la primera vez como un esplendor que limita la conciencia y establece mundos separados. El tiempo, más de treinta años, ha erosionado su fulgor. Entiendo que toda aquella pasión fuera poco más que un entramado químico y una serie compleja de secreciones glandulares. Recuerdos a los que se han superpuesto docenas de sensaciones que parecen más vívidas. Y, sin embargo, nadie me habría convencido de que era diferente de su apariencia acaparadora. Había tanta verdad, tanta necesidad en su manera de considerarme alguien deseable...

Quién sabe si las pasiones de ahora mismo habrán perdido su color dentro de unos años y no las concebiremos sino como estampas  desteñidas, un poco arrugadas, definitivamente ajenas.

Que este amor pueda parecer pasajero, imperfecto, me causa desasosiego. Pero quizás sea esa precisamente la causa de su importancia: el conocimiento de que, como todas las cosas, está sujeto a revisión.

De hecho, ¿acaso no ha variado y se ha ido plegando a los azares de estos años? Si volviera a sus mismos inicios, no creo que me -nos- reconociera en esta plácida situación. O sí, quién puede asegurarlo.

2 comentarios:

María Socorro Luis dijo...

Hola. Me imagino que serás el Jose María milagro- Artieda que comparte conmigo el pemio de poesía del Ayuntamiento de Lasarte.

Si es así felicidades y nos veremos.

Abrazo poético. Soco

José María dijo...

El mismo, Socorro. Felicidades a ti también.
Por lo que he leído en tu blog, parece que no tenemos mucho que ver en cuanto a tendencias poéticas. Mejor que mejor. Ya hablaremos el sábado 27.
Un abrazo.