domingo, 7 de octubre de 2012

Well, let's talk politics... (*)



Como soy un pesado, de vez en cuando recurro a la memoria. Y estos días no he podido evitar acordarme del en su momento apocalíptico plan Ibarretxe. Que fue generado y desarrollado en el arrogante, estúpido, brutal segundo cuatrienio de Aznar (2000-2004) y deshecho en un instante al poco de entrar a gobernar Rodríguez Zapatero. 

Recordemos cómo al bueno de Ibarretxe se le dio la oportunidad de expresarse y debatir su plan en el Congreso de los Diputados. Y cómo se votó, se rechazó y, cuando quiso darse cuenta, ya estaba el Lehendakari de vuelta en Vitoria y preguntándose: "¿Qué me ha pasado, pues?" 

Lo que era una amenaza tremenda a la unidad del país, un reto independentista, una colaboración con el terrorismo etarra y bla, bla, bla, pasó a ser una larga cambiada, faena de aliño y, ¡zas!, el morlaco es devuelto a los corrales. Con elegancia. Con clase. Con todas las garantías, legitimidades e incluso cortesía democráticas. 

Veamos lo que sucedió el otro día entre Artur Mas y Mariano Rajoy: venía el catalán con el "Me va a decir que no a lo que le pido" por delante. ¿Qué hizo Mariano el Corto? Decir que no tajantemente. Con dos cojones. Porque sí. 

Más aún: pocos días después se celebra la conferencia de presidentes de Comunidades Autónomas. Protocolo: se sientan los presis según el orden cronológico de aprobación de su correspondiente Estatuto de Autonomía, de más a menos cerca del Presidente del Gobierno de España. Primero, Patxi López, segundo, Artur Mas. ¿Qué hace Marianico? Coloca a la repipi de la Soraya (Sáenz de Santamaría) entre Mas y él, cosa que nunca había sucedido. Otro agravio infantil, gratuito, estúpido y, sobre todo, inútil. Porque Mas, a pesar de lo que parecía, no se ha plegado a las exigencias de recortes de déficit que impone. El, que es el que antes y más ha recortado en su comunidad. Hay que ser cenutrio para cometer torpezas de este calibre una y otra vez.

Algunos dicen que todos los políticos son iguales. No es cierto. Los hay mucho más torpes. Parece ser que la derecha troglodita que padecemos se lleva la palma en este aspecto. Así como del plan Ibarretxe nunca más se ha oído hablar (hasta hace pocas fechas, precisamente), de CiU y del PNV-Bildu seguro que vamos a tener noticias abundantes. 

Me imagino que los augustos regidores de este país serán tan hábiles como de costumbre. Y tendrán que volver los socialistas a arreglar el desaguisado en 2015, como si lo viera. 

(*) Cito a Blaine Raininger, de Tuxedomoon, en una histórica entrevista-actuación con Paloma Chamorro (TVE) a principios de los ochenta, en pleno apogeo de Ronald Reagan en EEUU.

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