jueves, 14 de febrero de 2013

"Intemperie", de Jesús Carasco.




Me estaba oliendo la tostada con el alboroto que se ha producido en torno a Jesús Carrasco y su primera novela, "Intemperie". El tinglado sonaba a montaje descarado de una editorial para lanzar a la próxima vedette de las letras patrias, tal que Monteagudo hace un par de años, Mañas hace ni se sabe cuánto, Ferrero un par de vidas antes, etc. 

Pero en este caso se hablaba de referencias insólitas a estas alturas de la desolación cultural: que si Delibes, que si prosa clásica y deslumbrante,que si el mismo Benet... 

"Esto tengo que verlo yo con estos ojitos", pensé. Y me fui ese mismo domingo a la primera librería guay del centro de Madrid a hacerle sin compasión una apertura súbita (1) que ríase usted del contraespionaje nazi. 

Sin embargo, lo que vi me pareció interesante. Ya leído, tengo que decir que, aunque el estilo de Carrasco es, en efecto, algo tradicional y se remite más a modelos consolidados el siglo pasado que a perspectivas innovadoras, su dominio de la técnica y su capacidad expresiva son fascinantes. 

A veces (no pocas) desagradable, de una crueldad matizada que ahorra al lector lo más áspero, la historia de unos pocos personajes en un paisaje árido y desolado atrapa la imaginación como si se tratara de una suerte de western estepario. 

La odisea del chico y el cabrero viejo que lo recoge y procura que escape del sórdido alguacil alcanza tintes de tragedia clásica. La sobriedad de elementos materiales que muestra el autor contrasta con el vocabulario, tan rico y preciso que a veces resulta algo verboso. Echo de menos, por poner algún pero a esta modélica narración, una cierta continencia que solo proporciona la madurez. Tiempo hay para que Jesús Carrasco pula esos detalles. 


Por ahora, nos ha dejado una historia tremebunda pero ajustada, rica y extremadamente seca, con cuatro elementos narrativos que despliega sabiamente de modo que nunca cansan al lector. Lo material es tan palpable que uno siente con los personajes su misma suciedad, el calor, la sed increíble de esos parajes agostados por una sequía bíblica. 

He disfrutado como hacía tiempo no me sucedía con una novela española. Lo único que siento es que este camino no conduce, a mi entender, a nada nuevo. Pero mientras tanto, no voy a dejar de deleitarme con joyas de este calibre. 






(1) Apertura súbita: Procedimiento para tantear las características de un libro en pocos minutos que consiste en abrirlo por una o varias páginas escogidas al azar (que no contengan demasiados diálogos). Si al leer un par de párrafos todavía se sostiene en la mano, puede ser que. Si no, ni se os ocurra comprarlo. 

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