jueves, 19 de junio de 2014

Un detalle sobre el oficio.




Estaba pensando que ya había terminado el libro y, sin embargo, surgió un añadido de última hora. Por experiencia, sé que puede no acabar ahí. El flujo de la creación es tan arbitrario y azaroso que igual te tiene cinco años en el dique seco y luego, en dos meses (más o menos), da a luz cosa de setecientos versos como si nada. Y con cambios llamativos dentro de mi línea poética. 

Hay que joderse. Uno no acaba de conocer nunca su cerebro. E intuyo que dentro de nada atacaré el comienzo de una nueva novela que ya está perfilada y "vestida" casi por completo... Habrá que ver si se deja. 

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