martes, 17 de marzo de 2009

FAC NECESSARIA, NIHIL EXPECTA



Con el apoyo de este lema, no sé si en el mejor latín posible, soporté cuatro años de estupidez entronizada en el poder. Pero poder de verdad, el de escalafón y tentetieso, el de esto se hace así porque soy obtuso y lo celebro, porque puedo y mando.


No resulta fácil reducir el caletre al nivel de los tontos, pero peor es tener que bajar al de los hijoputas resabiados. Doy fe.


Yo, como suele sucederme, estaba en medio. Y había que aguantar. Y aguanté carros y carretas, pero los otros también se llevaron lo suyo, que no soy persona bonancible, de las de poner la otra mejilla. Eso lo dejo a los evangélicos y a su verborrea. Fíese usted de tanto corderito.


Suelo comentar que en ciertas situaciones uno averigua hasta qué punto es canalla y hasta qué punto excelente persona. Me sucedió redactando algún cuento de PARECE SEPTIEMBRE y también en mis dos trabajos anteriores en poblachos de mala muerte. Auténticos descensus ad inferos que preferiría evitar en lo sucesivo.


Por el momento, la tormenta ha pasado y el latinajo me parece irrebatible como programa de vida y de creación. Tiempos llegarán en que vuelva a utilizarlo, como si lo viera. Y seguro que en el ámbito literario funciona igual de bien que en el personal.

HAZ LO QUE DEBAS; NO ESPERES NADA.

1 comentario:

Andrés Glez. Déniz dijo...

Visto lo visto, tarde o temprano su escritura será reconocida.