martes, 4 de mayo de 2010


¿No es divertido ver estos días el vaivén alocado de la bolsa española?

Hoy baja un cinco por ciento debido a un estúpido rumor que ni el cuento de Caperucita. Mañana sorprenderá con escaladas de vértigo por motivos tan peregrinos como el "repunte de las expectativas" o la "vuelta de la confianza". ¿Confianza en qué, si no es más que un casino infame donde sólo se puede ganar apoyándose en la desgracia de otros muchos?

De todos modos, quién tuviera unos millones de euros para apostarlos mañana mismo al -inevitable- caballo ganador...

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