martes, 25 de mayo de 2010

Pur ti miro, pur ti godo



Donde se demuestra una vez más que lo antiguo es fuente de disfrute y capaz de activar la imaginación creadora si se contempla con ojos nuevos y nueva sensibilidad. Y, cuanto más antiguo, mejor.

El barroquísimo Monteverdi, tan coñazo en alguno de sus libri madrigalescos, aquí crea afición. Sales de esta experiencia como de algunas tardes grandes en Las Ventas: toreando por la calle de Alcalá.

Y otra vez el señor Jaroussky, esta vez con Nuria Rial y tan exquisito como sobrado de facultades. Si es que nos están viciando...

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