lunes, 3 de enero de 2011

Orfandad del navegante (II)



A ver si recuerdo las últimas lecturas:

Adalbert Stifter, Patricio Pron, Junichiro Tanizaki, Mircea Eliade, ensayos sobre física cuántica, historia moderna, estética medieval y música experimental contemporánea, Kurt Vonnegut, Haruki Murakami, Homero, Menéndez Salmón, David Monteagudo, Jorge Ibargüengoitia, Petrarca, poesía de prostitutas chinas, Marina Tsvietáieva, Ian McEwan, Fiodor Dostoyewski, Arthur Machen, Virgilio, Pola Oloixarac, León Tolstoi, Ernst Jünger, Yasunari Kawabata, Klaus Mann, Mijail Bulgákov, Mark Twain, Gonzalo Torrente Ballester, Jonathan Littell, Luis de Góngora, Marcel Schwob, Georg Heym, Osip Mandelstam...

Y varias docenas más que no me vienen a la cabeza o ya están ordenados en la biblioteca: agujas en el gran pajar de la memoria.

Siendo yo quien soy, habiendo nacido en mi época y lugar, ¿alguno de estos autores me corresponde? ¿Debería haber insistido más en lo local o en lo que se lleva a cada momento? ¿No será este desarreglo el culpable de que me sienta como si nada fuera propio?

Igual me pongo ahora a leer autores aragoneses de ayer y hoy como un descosido. O a Vila-Matas y a Roberto Bolaño, que no sé qué me habrán hecho, los pobres, pero no hay manera. Con lo bien que queda citarlos. Luego pasa lo que pasa...

No hay comentarios: