martes, 4 de enero de 2011

The Posies, nada menos.





Visto desde la distancia, parece revelador de ciertos pudores y limitaciones. Mi pretensión es domeñarlos a voluntad, pero...

No sé cómo en estos dos años largos de tabarra bloguera todavía no he presentado una de mis aficiones más persistentes. Sin llegar a extremos de fascinación, como en alguna que conozco, son uno de mis grupos favoritos. Y en directo resultan demoledores, como suele pasar con los buenos músicos.

Sólo necesito recordar que una escena completa de "No es suficiente", mi primera novela, está situada en un concierto que casi calqué de otro suyo, real, celebrado en la sala "En Bruto" de Zaragoza, allá por mitad o finales de los noventa.

Bueno: presentados quedan. Tienen unas voces portentosas, sabia instrumentación, energía y guitarreo a troche y moche, no sé qué más se puede pedir. Su último disco, "Blood/Candy", ha hecho que me reconcilie incluso con la mejor veta melódica de los Beatles. Que ya es reconciliar.

No hay comentarios: