viernes, 28 de enero de 2011

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El tontolaba del portavoz de la conferencia episcopal dice que el matrimonio civil "es un contrato mucho más leve que uno telefónico" y que es más fácil disolverlo que darse de baja en tales compañías. No así el canónico, por supuesto, que no puede disolverse. "En España, la ley no reconoce el matrimonio", termina el muy botarate.

Dejemos aparte los miles de casos en que el tribunal de la rota ha dictado nulidad con argumentos abracadabrantes, abstraigámonos de la pastizara gansa que hace falta para que dichos procesos sigan adelante. Sólo con conocer la realidad de este y otros países en que los matrimonios religiosos no se disolverán, pero las parejas sí, y vuelven a casarse por lo civil con la mayor frescura, no sé cómo tiene los huevazos de soltar tantas imbecilidades por esa boca.

A ver cuándo se dan cuenta estos señores de la infausta clerigalla: un estado aconfesional, la sociedad civil no están para satisfacer las necesidades de su facción religiosa, por muy mayoritaria que quieran hacernos creer que es.

Parece claro que se están poniendo nerviosos. Ven que se les va el negocio de siglos y no tienen la menor idea de cómo recuperarlo. Si no fueran tan rastreros casi darían pena.

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