jueves, 7 de abril de 2011

Frenesí camerístico

Tuve hace poco unos días intensos, a medias entre el Reina Sofía y el Auditorio Nacional. En poco más de una semana se me juntaron tres conciertos del Cuarteto Leipzig, con la integral de obras para cuarteto de cuerda de Cristóbal Halffter y tres de los últimos (y mejores, a mi entender) de Beethoven. Concretamente, el op. 132, el 135 y el 130 (la Grosse Fugue) que es sin duda mi favorito.

Resultó que poco después el Cuarteto Arditti se presentó en el ciclo dedicado a Lachenmann con una excelente versión de Grido y, ¡sorpresa!, otra vez la Grosse Fugue.

Pues bien: no me gustó ninguna de las interpretaciones. En ambos casos los (excelentes) músicos tardaron en entrar en la obra casi cinco minutos, y no es precisamente extensa. Parecía que había desorden, falta de convencimiento, insuficiencia en el ataque de la partitura en el caso del Leipzig y cierta monotonía confusa en el Arditti que, la verdad, me sorprendieron porque en el resto de las piezas estuvieron soberbios.
Me temo que Beethoven es excesivo, casi doscientos años después de componer, incluso para músicos tan reputados si los pilla en un momento de despiste. Hace falta gran virtuosismo, desde luego, pero también convencimiento, pasión y ganas. Ahí falló algo. Lo que me extraña es que sucediera en un período de cuatro o cinco días y a dos formaciones de pirmer orden. Yo que las esperaba con tatnas ganas... Mi gozo en un pozo.

De todos modos, el marathón fue de sobredosis. Ayer mismo escuché al muy competente Grupo Enigma, del Auditorio de Zaragoza, y las obras de J.L. Turina, Falla y compañía se me antojaron aperitivos comparados con las cumbres que había escalado días antes. Recordaba lo durísima que me pareció la obra de L. Nono y lo estupenda que fue Grido, de Lachenmann.

Por cierto: como soy muy esnob, no dejo de advertir que la sala de cámara no se suele llenar, mientras la sinfónica está día sí y día también hasta los topes. Pero, claro, ¿cómo va a competir el humilde cuarteto, por mucho que se llame Leipzig o Arditti, con una orquestaza que repite por enésima vez el consabido Mozart ?

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