jueves, 5 de abril de 2012

Las 5 frustraciones



A veces, parece como si me copiaran de lejos. Léase, si no, este comentario inicial del nº 11 de  "Filosofía Hoy":


"Esta crisis nos hace reflexionar sobre principios y derechos que parecían inherentes a la vida civilizada de nuestro tiempo:
1.- Nuestra vida debe tener garantías: No. No tenemos garantías de pervivencia de casi nada. 
2.- Tenemos derecho a la estabilidad de lo conseguido: No. Ese derecho es evanescente. 
3.- Nuestro esfuerzo merece que la producción crezca: No. Todo crecimiento es cíclico y decreciente salvo que se alimento con innovaciones constantes. 
4.- Reformemos lo inadecuado: No está al alcance de nuestra voluntad. El mundo se reformará solo en algunos aspectos y nada en otros. Simplemente nos utilizará sin consultarnos. 
5.- Al menos, debemos predecir el futuro: Ni siquiera hay consenso para predecir evoluciones materiales -como un simple índice económico- a 12 meses vista". 


En fin, no sé si puedo estar más de acuerdo con una reflexión sobre la situación actual. Sobre todo, cuando antes de estas 5 evidencias habían comentado otra que también vengo pregonando desde hace años: 


"La crisis actual apenas merecerá unas líneas en la historia económica de nuestro siglo XXI. ¿Se desplomó el PIB europeo un 30% y millones de ciudadanos revivieron el fin de la Segunda Guerra Mundial? No; fue una contrariedad molesta que estancó el crecimiento durante unos años, un ligero pliegue en la evolución social. Y, sin embargo, nuestro sentimiento subjetivo nos narra la situación con tintes poco menos que agónicos". 



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