viernes, 3 de mayo de 2013

"Theodora", de Haendel.




Es posible que alguno de mis pacientes lectores tenga cosa de tres horas y media libres y guste de estas musicachas que me van tanto. 

Así que propongo este oratorio de Haendel en una versión teatral demoledora (casi como si fuera una ópera), excelentemente interpretado, cantado tan bellamente que uno desearía haberlo visto en directo. El coro, por ejemplo, es espectacular. Pero es que todos los intérpretes están soberbios. 

De wikipedia he sacado el reparto del día de su estreno en pleno siglo XVIII:


PersonajeTesituraReparto el 16 de Marzo de 1750
Director:
Theodora (una cristiana de noble cuna)sopranoGiulia Frasi
Didymus (oficial romano, convertido al cristianismo)contratenor / castratoGaetano Guadagni
Septimius (oficial romano, amigo de Didymus)tenorThomas Lowe
Valens (gobernador de Antioquía)bajoHenry Theodore Reinhold
Irene (amiga cristiana de Theodora)mezzosopranoCaterina Galli


Así como la sinopsis argumental, aunque aviso de que a ratos da un pelín de vergüenza ajena. Suele suceder con casi todas las óperas (y similares): los libretos son espantosos. Sin embargo, la puesta en escena es fresca, tiene rasgos de humor bienvenidos en tema tan arduo y convence a los menos afectos, como yo mismo.

Sinopsis

En el siglo IV d. C., el gobernador de Antioquía, Valens, decreta que, con motivo del cumpleaños del emperador Diocleciano, todos los ciudadanos hagan sacrificios a las diosas Venus y Flora, bajo pena de diversos castigos. Para asegurarse de que su decreto se cumpla, pone al cargo a Septimius.
Didymus, amigo de Septimius, pide que los ciudadanos cristianos queden libres de castigo, lo cual deniega el gobernador Valens. Septimius sospecha que Didymus sea cristiano y afirma su propia lealtad a las leyes, pero también querría ser tolerante con los demás.
En la comunidad cristiana, Theodora y su amiga Irene se encuentran orando, cuando un mensajero irrumpe trayéndoles noticias del decreto de Valens. Irene disuade a los cristianos de que huyan, reafirmando así su fe. Cuando Septimius llega para arrestarlos, Theodora, por salir en defensa de los cristianos, no es condenada a muerte, sino a ejercer la prostitución. Irene informa de esto a Didymus, que tiene la intención de rescatarla o morir con ella. El primer acto acaba con el coro de cristianos rezando por el éxito de la misión.
Al comienzo del segundo acto, se está celebrando una gran fiesta en honor a las diosas. Valens envía a Septimius a decirle a Theodora que si no se une a la fiesta para el final del día, sería violada por los soldados. Theodora se encuentra atemorizada en elburdel, hasta que piensa en la vida después de la muerte. Informando a Septimius de su cristiandad y su amor por Theodora, Didymus llega hasta la celda, con el rostro tapado por el yelmo ocultando así su identidad, y le ofrece huir a Theodora. Temiendo por su integridad y deseosa de permanecer fiel a su fe, Theodora pide a Didymus que la mate, pero éste la convence de que Dios los salvará. Didymus le da su uniforme a Theodora y, disfrazada, escapa, dejando a Didymus en su lugar.
En el tercer acto, los cristianos celebran el regreso de Theodora sana y salva. Sin embargo, es culpable por poner en peligro la vida de Didymus. Un mensajero los informa de que Didymus ha sido capturado y de que Valens ha cambiado el castigo de Theodora por la muerte, castigo que ella prefería a ser prostituta. Irene protesta, pero Theodora vuelve para ofrecerse en lugar de Didymus. Mientras Valens está dando la sentencia de Didymus, Theodora llega y pide que sea ella la castigada y Didymus se salve. Los dos amantes, Didymus y Theodora, discuten para que el otro sea el que se salve. Septimius se ve conmovido por esto y ruega clemencia a Valens, que, sin embargo, condena a los dos a muerte. Tras esto, ambos cantan un dueto por su inmortalidad.

Les había avisado, ¿o no? Ahora, a disfrutar de la música, lo

único importante. 

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