martes, 7 de octubre de 2008

Éste, improbable lector, fue el comienzo. O casi.


He querido traer esta imagen porque otras más potentes que me asaltaron la han recordado.
La portada, en realidad, no tiene demasiado que ver con su contenido, pero en su momento quedaba chula. Y no me atreví a protestar, para qué vamos a negarlo. No sé si habría podido cambiarla. Tampoco tenía una idea mejor.

Recuerdo también los inabordables paisajes asturianos que describí en esa novela. La nostalgia del paraíso -que también estoy explotando ahora, aunque de modo perverso- dio lugar a algunas páginas memorables.

Hay personajes difíciles de olvidar, páginas felices que nunca he abordado del mismo modo, igual que errores de bulto que por el momento me impiden volver a su lectura.
Fue una época de tanto trabajo, tanta decisión, tan absoluta soledad, que ahora me pregunto: ¿para qué?

Hace un par de meses compré por internet dos de los últimos ejemplares que deben de quedar en el mercado.

Su precio, 3,50 €. Más gastos de envío.

No hay comentarios: