domingo, 5 de abril de 2009

Se acabó la fiesta, queridos



Tengo grandes esperanzas puestas en esta crisis, eso es bien cierto. También sospecho que pronto me sentiré defraudado y mis altísimas expectativas se irán todas a tomar viento.

Siempre a la caza de símiles apropiados, no he tardado en incorporar a mi imaginario la situación presente como correlato un poco tardío de la caída del bloque comunista. Desde hace tiempo esperaba que un cataclismo de parecidas características sacudiera al capitalismo, aunque sólo fuese por motivos higiénicos.

Dado que cada ocho o diez años tenemos un tembleque de intensidad variable que nos vuelve a los miedos más elementales, éste debería servir al menos para sacar la porquería que todo sistema engendra inevitablemente. ¿No dicen que es tan inusual? Pues vamos todos a picar del banquete.

-No es cierto: yo tengo el recurso a la memoria. Mi adolescencia se adobó en otra crisis, la del petróleo de 1973, y ésa sí que fue cosa seria. Y larga. Y acongojante-.

De todos modos, estoy convencido de que la abulia en que vivimos desde hace décadas en nuestro mundo occidental, y especialmente en este país, necesita de una dosis razonable de hostias para desperezarla.

Crisis quiere decir revulsivo, quiere decir acción, ver las cosas desde otro punto de vista y no aceptar los valores que han quedado desacreditados por su ineficacia como referencias de futuro. Si no se aprovechan las situaciones de bancarrota para adaptar nuestro queridísimo sistema y meter mano a los que nos han abocado a esta sopa boba suicida en que nos venimos rebozando, ¿por qué motivo no se van a repetir dentro de una década?

Pensemos ahora en el mundo literario: ¿vamos a seguir leyendo las cositas descafeinadas y las mierdas preconcebidas para vender por millones? ¿Aceptamos pulpo como animal de compañía y a las figurillas del momento como lo mejor que se puede conseguir? Ahora que, paradójicamente, hay más variedad de publicaciones que nunca, ¿seguimos con Planeta, Alfaguara y sus adláteres o pasamos a otras editoriales que nos ofrezcan algo que tenga que ver con la realidad y los verdaderos intereses de la gente?

Por último: ¿No van a cambiar nunca ni van a poder regularse los cambalaches denigrantes de tantísimos premios literarios? Porque ríanse ustedes del caso Gürtel si echamos un vistazo a los premios organizados por Planeta, Algaida y otros tantos.

Sencillamente, no veo motivos para dejar las cosas como estaban hace unos meses. Ni uno solo.

8 comentarios:

Andrés Glez. Déniz dijo...

Lamento no haber descubierto este blog antes. Escribes muy bien.

Anónimo dijo...

I can' t but agree.I always wanted to write in my site something like that but I guess you' r faster.

José María dijo...

Faster? Don't know if it's a matter of being fast or slow. I just exposed it a year ago when everything seemed to be tumbling down.
Now you can see that almost nothing has changed. So many people are looking forward to the end of the so called "biggest crisis ever" to begin again doing the same wrong things. It all sucks.

Anónimo dijo...

pretty cool stuff here thank you!!!!!!!

Anónimo dijo...

Nice article, thanks! Could you explain the third paragraph more?

José María dijo...

As every eight or ten years we have a kind of "earthquake" that takes us back to our most elemental fears, this one should be useful, at least, to show all the dirt out of the system. Don't they say it's so unusual? So let's get a bite of the banquet.


I don't think it's a competent translation but I was referring to the idea that these enormous crisis seem to be unaviodable. So we should take advantage of them to change the important things that need to be changed.

Anónimo dijo...

Hello. And Bye.

Anónimo dijo...

Hello. And Bye.