martes, 10 de noviembre de 2009

Sin más motivo



Sin más motivo. Me apetecía que quedasen en su misma cascada del verano ya pasado, igual que entonces recelosas de nuestra presencia y a punto de proseguir los juegos aéreos que nos llamaron la atención.

Si no fueran tremendos depredadores parecería demasiada intensidad, habría tanta belleza condensada que no podría ser real. Afortunadamente, la naturaleza es sabia y redime el pasmo con gotitas de maldad.

Ahora no he hecho una caminata por los prados ni estoy tan fatigado. Pero me siguen sujetando la respiración cuando las contemplo.

No hay comentarios: