martes, 15 de marzo de 2011

Raquel Andueza y La Galanía

Hace poco escuché a esta soprano navarra en el Auditorio y qué puedo añadir al vídeo, salvo que en directo es aún más intensa. No obstante, salí del concierto con la sensación de que me había perdido algo.




Es que el barroco, por muy popular que parezca, no es plato ligero sin una cierta adecuación del oído. Hay que educarlo igual que se educa la vista en una exposición de fotografía industrial o el intelecto en un ensayo filosófico. De primeras pensamos que son bastante espesos, casi áridos. Gran error. En la dificultad hay una altura (y longitud) del placer que raramente se encuentra por medios más epidérmicos.

En fin; allanan el camino interpretaciones tan contemporáneas como la presente. No por facilonas, sino porque tienen frescura, se escuchan con sorpresa y, sin embargo, uno parece que va recordando cosas conocidas. En realidad, nada igual había llegado a mis oídos.

El disco "Yo soy la locura" ciertamente lo es. Un paseo por la música barroca en español (que no española: aparecen obras de H. du Bailly, B. Sanseverino y J. B. Lully) referida a la pasión amorosa y sus desviaciones. Y algunas letras son bien poco canónicas, que digamos.

Para que luego nos vengan con que los clásicos se pasaban el día entre seriedades y devociones santas. ¡Ja!

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