Al final del concierto, interpretando el famosísimo villancico "Rodrigo Martines", hay un momento en que se canta:
Rodrigo Martines
a los ánsares, ¡ahe!
Pensando qu'eran vacas,
silvávalas, ¡He!
A lo que la soprano, muy digna ella, se llevó los dedos a la boca y pegó un chiflido vaquero que ni en el encierro de mi pueblo.
Y en otro momento, los dos tenores, el barítono y el contratenor cantando a coro:
Tres moças de aquesta villa
desollavan una pija
para mangas a todas tres.
Desollavan una pija
y faltóles una tira
para mangas a todas tres.
O reteniendo al tenor que en "Fata la parte" se deja llevar del arrebato y casi cae del escenario, persiguiendo al amante de su esposa, que responde:
Assai mal me pare lui encornudarte.
No, si hay que reconocer que la música antigua es un verdadero aburrimiento...
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