lunes, 19 de agosto de 2013

Informe previo. (Reductio ad absurdum)




"A modo de preámbulo, quisiéramos explicar al autor que, por haber trabajado tan solo con fragmentos sin continuidad entre ellos, los aspectos de ritmo y estructura han resultado difíciles de evaluar. Lo mismo sucede, en menor medida, con la construcción de los personajes y el desarrollo del conflicto". 

"La estructura formal de la novela consta de 52 capítulos, según el índice adjunto. Creemos muy conveniente la subdivisión de los capítulos en unidades más pequeñas (que pueden separarse por simples blancos tipográficos) que marquen pausas en la lectura y contribuyan a crear un ritmo propio en la obra. La excesiva extensión de los capítulos dificulta un buen ritmo en la obra, aunque esto no es debido solamente a la estructuración formal sino que el estilo (por ejemplo, el tipo y longitud de las oraciones), la trama (la manera como está configurado el argumento) y, sobre todo, la información que se va dando al lector, también tienen un papel fundamental".

"En las primeras palabras de su novela la información que se da es excesiva. El inicio requiere una configuración perfecta de muchos elementos: presentación de los personajes principales y del conflicto para su posterior desarrollo, creación de una atmósfera propia, la configuración del tiempo y el espacio (dos coordenadas a menudo olvidadas pero fundamentales para la historia y su verosimilitud)". 

"Por eso, recomendamos hacer un expurgo para despojar el texto de información prescindible y dotar su inicio de fuerza suficiente. Por ejemplo, no sirve de nada saber cuáles son los hábitos alimenticios del personaje principal ni si tuvo o no tuvo apodos o sobrenombres. Solo con saber cómo se le llama en la actualidad es suficiente. También hemos de afear la indecisión en precisar dónde comienza la acción. Ese detalle despista al lector y produce un efecto indeseable ya en las primeras líneas". 

"Recomendamos al autor revisar especialmente los diálogos pues aunque cumplen bien la función de aportar cotidianidad al relato y de filtrar información que el lector va recogiendo, cuando son excesivamente largos se pierde el hilo de la acción, que se detiene no siempre justificadamente. Nos referimos, por ejemplo, a las largas conversaciones que el personaje principal mantiene con su criado que, además, nos parece que sufren un problema de verosimilitud". 

"Por otro lado, el planteamiento del conflicto quizás está todavía un poco verde. Seguramente, un lector indeciso dejaría de leer, pues las personas mayores sufren ese tipo de desvaríos o comportamientos ilógicos con mucha frecuencia. Por otra parte, y este es el conflicto que da motor a la historia, la lectura de gran cantidad de novelas y los problemas derivados de ello dudo mucho que puedan generar interés en los lectores". 

"Por último y aun sabiendo que el título de una obra no ha sido escogido sin una previa gran reflexión por parte de su autor, nos gustaría sugerir su cambio. La razón principal es que "El ingenioso Hidalgo Don Quixote de la Mancha" resulta demasiado largo y, a la vez, previsible. Eso hace más difícil la retención del título concreto ("¿Cómo se titulaba la novela del Cervantes ese? Era algo de manchas o hidalgos"). 

"Por todo lo que se ha expuesto, lamentamos comunicarle que no ha sido seleccionado para ser representado por la Agencia Literaria Ideas Ajenas". 

"En el caso de que quiera un informe completo de la obra consulta nuestros servicios en la página web de Ideas Ajenas". 

"Cordialmente, 
Equipo de Ideas Ajenas". 

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Aunque parezca choteo, el 90% de las frases reproducidas son literalmente las que recibí hace unos días, así como las sugerencias (entrada del 14/08/2013). Y lo peor es que puedo darme por afortunado, al haber recibido una respuesta "profesional" tras más de cuarenta envíos.

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