miércoles, 25 de febrero de 2015

Gustav Leonhardt, Bach, "Variaciones Goldberg", vida...


No voy a privar de méritos a tantos que las han bordado, incluso a los menos ortodoxos, incluyendo a un admiradísimo (y con motivos de sobra) Glenn Gould entre ellos. Pero siempre he preferido la versión de Leonhardt. 



Lo vi en Madrid en 2011, pocos meses antes de su muerte. Recuerdo que salí de ese concierto totalmente convencido de haber asistido a algo memorable. Y eso que a priori se me antojaba más bien plomo, porque el clave a palo seco no es como para emocionarse. O eso pensaba.  

Sin embargo, hubo quien lloró escuchando a ese anciano magistral con su mano izquierda enguantada en negro que se sumergía en la música, en la época, en la mente del músico y la exponía ante todos con la mayor perfección. Por momentos parecía que estaba interpretando con instrumentos diferentes, tan variada era la ejecución, acorde con el período o las características de la pieza. 

Hoy lo reivindico con afecto y dedico esta entrada a su memoria. 

No hay comentarios: