viernes, 29 de octubre de 2010

Lasarte-Oria



Ya ni me acordaba de haberlo enviado, pero el pasado lunes recibí una llamada comunicándome que había ganado el premio de poesía en castellano (eso sí, ex-aequo, no me lo vaya a creer) que otorga esta villa hípica junto a San Sebastián.

Se trata de "Alcanzar el sentido", poemario que debí de componer allá por 2007, aunque con otro nombre más cosmológico que igual rescato. Y el premio en metálico es poco más que una propinilla.

Ya me han confirmado que no publicarán el libro, conque tampoco pierdo mas que un día de excursión por Donosti, y eso me parece estupendo. Llevo un par de años sin visitarla. En fin, el día 27 de noviembre me plantaré allí para que me vean en persona. Ya os contaré mis impresiones. Si se parece a la entrega en 2006 del Premio Ciudad de Guadalajara por "Los cínifes versados", va a ser tela de entretenido.


Por cierto: "Alcanzar el sentido" es un libro bastante más serio, mejor construido y maduro que el otro. Lo paradójico es que éste no lo publiquen, como tampoco hicieron con "Nacedero", el poemario inmediatamente anterior, que también fue premiado (ex-aequo; esto va siendo una costumbre) por el Ayuntamiento de Ciudad Real en 2007. Parece que lo mío con la poesía es como el caso de Cervantes, que no era mal poeta, pero no. Reconoció que lo suyo estaba en otra parte.

Y, sin embargo, creo que son como el cine y la literatura: lenguajes muy diferentes que mal se pueden "traducir" uno a otro sin que se pierda la esencia o deban convertirse en algo ajeno. No escribo de lo mismo en una novela que en un poema. Y, si lo hago, es de modo diferente. Eso, al menos, se me ha de reconocer.

miércoles, 20 de octubre de 2010



Recuerdo una ocasión. Esto fue hacia el final del otoño. Había prometido que estaría y yo creí su palabra. Acudí pronto. Esperé bastante más de una hora acechando la puerta del bar, viendo mi imagen en el espejo tras la barra. Al no aparecer me sentí traicionado, ridículo, engañado en lo más profundo. Volvía a coger el autobús de vuelta a casa rumiando mi decepción cuando la vi en la acera de enfrente. La acompañaban amigas del colegio. Reía, despreocupada. No me vio. Yo no me atreví a saludarla. ¿Qué podría haberle dicho?

Ahora ya no veo la primera vez como un esplendor que limita la conciencia y establece mundos separados. El tiempo, más de treinta años, ha erosionado su fulgor. Entiendo que toda aquella pasión fuera poco más que un entramado químico y una serie compleja de secreciones glandulares. Recuerdos a los que se han superpuesto docenas de sensaciones que parecen más vívidas. Y, sin embargo, nadie me habría convencido de que era diferente de su apariencia acaparadora. Había tanta verdad, tanta necesidad en su manera de considerarme alguien deseable...

Quién sabe si las pasiones de ahora mismo habrán perdido su color dentro de unos años y no las concebiremos sino como estampas  desteñidas, un poco arrugadas, definitivamente ajenas.

Que este amor pueda parecer pasajero, imperfecto, me causa desasosiego. Pero quizás sea esa precisamente la causa de su importancia: el conocimiento de que, como todas las cosas, está sujeto a revisión.

De hecho, ¿acaso no ha variado y se ha ido plegando a los azares de estos años? Si volviera a sus mismos inicios, no creo que me -nos- reconociera en esta plácida situación. O sí, quién puede asegurarlo.

jueves, 7 de octubre de 2010

Very Demotivational. Just a -usually- funny tip.



 Y otro soplo, no tan divertido, es el que hace unos días susurraba alguien en el foro de www.premiosliterarios.com:


"En cualquier caso, si el verdadero interés generado por este debate que pretendí abrir es el que usted apunta, según la rumorología que ha llegado a mis oídos, este año el Logroño va para DT, el Planeta para JS y el Berenguer para FGC". 


Por ahora, Susurrador ha acertado con el Premio Logroño de Novela, corralito notorio de Editorial Algaida, que ha recaído en David Torres. Por algo terminaba su entrada diciendo: 


"Y el tiempo dará o quitará razones. Pero las dé o las quite, eso no invalidará el hecho de que [esos premios] estén pactados. Simplemente avalará que mis fuentes no eran correctas". 


Solamente deseo añadir lo de siempre: entiendo que una editorial privada desee hacer negocio y corromper el concurso cuyo ganador luego ha de publicar. Se ahorran la promoción de uno de sus autores y además les pagan por hacerlo. 


La pregunta es: ¿qué ganan las instituciones? ¿Asociar su nombre a esa panda de filibusteros? 


¿Por qué no se pone coto desde las instancias públicas a este escarnio sistemático? Estamos hablando del dinero de todos nosotros. 

sábado, 2 de octubre de 2010

Héroes



Ese tal Jesús Neira, profesor de la universidad Camilo José Cela, si la memoria no me falla, ha perdido su oportunidad. Fíjense ustedes en si aquel dos de agosto de hace dos años, en lugar de entrometerse en una delicada paliza entre novios -según Violeta Santander, la agredida, eso debía de estar sucediendo- hubiera pasado de largo o, simplemente hubiese marcado el teléfono de la policía, que es lo que cualquiera con una pizca de sentido común habría hecho ...

...O, mejor todavía, si hubiera muerto poco después a consecuencia de las heridas recibidas por el delincuente, un tal Antonio Puerta. Ahora todos lo considerarían un héroe indiscutible y se pegarían por poner su nombre a calles y colegios.

Pero no; tuvo que intervenir, de lo que recibió la brutal paliza. Y tuvo que sobrevivir. El destino le había ofrecido una oportunidad de quedar bien con los demás, pero la desaprovechó.

El resto, su ensalzamiento al limbo del facherío madrileño, sus groseras declaraciones de tinte ultra y la final defenestración como el payaso borrachín y cuasi-delincuente en que ha quedado su aureola de héroe cívico -porque eso de conducir bebido no es una broma para los demás, por mucho que Aznar y Neira se empeñen en negarlo- es bien conocido.

Paradójicamente, su cénit lo alcanzó cuando se encontraba en coma y nadie pensaba que fuera a sobrevivir. Ascendió de los abismos como un héroe para mezclarse con el barro de su misma estupidez sectaria. Se dejó manipular por el PP madrileño, ahí es nada lo Mefistófeles, con lo que su caída estaba cantada. Pero él, soberbio, ciego de hybris, no quiso entenderlo. Amenazó, insultó, mostró su verdadera jeta depredadora, su intolerancia y profunda mediocridad humana. Se mostró como realmente es y se gusta a sí mismo, en definitiva. Finalmente, ni el mismo PP pudo soportar tal huida hacia el desastre y lo abandonó por culpa de un volante y cuatro copillas. 

Quien estuvo alto en la muerte se arrastra en vida por el fango de sus propias debilidades. Si no fuera tan ridículo, parecería un sino maldito, glorioso, decadente. Da la impresión de que lo único que puede esperar Neira es una muerte digna, a la altura de sus hechos pasados. Pero me temo que esa oportunidad la ha perdido para siempre.

Para desactivar toda posibilidad de fanfarria, hago la siguiente pregunta: ¿de mayor alguien quiere ser como Neira?

Yo paso.

viernes, 1 de octubre de 2010

Cervantes en Innsbruck



La universidad de Innsbruck tuvo hace un año la gozosa idea de hacer una edición facsímil del ejemplar de la editio princeps del Quijote que guardan en su biblioteca.

Al parecer, está allí desde antes de 1745 y pertenece a la primera partida de ejemplares, todavía sin encuadernar, que Juan de la Cuesta llevó de Madrid a Valladolid, entonces sede de la corte, para que emitieran la correspondiente tasa. Esto debió de ser por diciembre de 1604.

De ellos sólo quedan tres en el mundo: uno, en Madrid; el segundo, en Chicago y el tercero, éste de Innsbruck.

Cuando recibí mi ejemplar -facsímil, claro-, después de esperar más de un mes a que lo enviaran desde Austria, pensé en qué sería capaz de hacer cualquier estudioso del libro por echar un ojo a la versión manuscrita del Quijote. Es decir, la que dio a imprenta y debía de estar rubricada en cada página para asegurar que lo impreso se correspondía fielmente con el original aprobado por la censura. La versión real de Cervantes, probablemente de su misma mano. La fuente irrebatible de la verdad.

Si yo había buscado y rebuscado para conseguir una triste reproducción que no se diferencia en casi nada de las restantes, estoy convencido de que cualquiera podría matar por tener la respuesta definitiva.

Me divertía la idea de Paco Rico deshaciéndose de sus rivales con una sierra mecánica, deseoso de publicar primero sus sesudas consideraciones sobre tal o cual pasaje.

O quemando a escondidas el manuscrito, no fuera a privarle para siempre de tantos placeres y beneficios.

Es que el mundo de la literatura tiene estas cosas.


Algo no cuadraba. Miré el remanente y era desmesurado. Más de cuatro mil euros. De ningún modo podíamos tener tanto dinero suelto en la modesta caja fuerte del insti. Algo debía estar mal computado.

Sin embargo, no tuve tiempo para pensar en nada. Decenas de asuntos sin importancia me impidieron comprobarlo. Luego, en casa, ya se me había olvidado.

Esta mañana he despertado con la solución. Sin preverlo, durante la noche he estado soñando con el problema. Analizando qué hice con cada factura durante este mes de julio. Al parecer, un ingreso en cuenta ajena no había sido catalogado en lugar apropiado; de ahí la enorme diferencia.

Nada más volver, lo primero ha sido comprobar la dichosa factura. Tal cual había imaginado. Deshecho el entuerto, pensaba en cuánto nos pagan por el dichoso cargo y cuántas horas trabajamos de más. Para mí que tampoco salen estas cuentas.