Y me temo que hay poco que podamos hacer. Sólo quedan cuatro añitos. Y luego, quizás, otros cuatro más.
En realidad, y salvando las evidentes críticas a la izquierda, que he pormenorizado desde hace años, no entiendo en qué cojones piensan las clases medias y bajas de este país.
Pues nada, a disfrutar del PP. O de al vuelta a los años ochenta, que es lo más que parecen querer aceptar esos mendrugos.
Pero si la gente les vota (mayorías absolutas en Madrid y Valencia desde que recuerdo) habrá que pensar lo que dicen algunos: "Algo tendrá la mierda cuando existen coprófagos".
Lo que me fastidia de verdad es que cuando al fin podamos devolverlos a la oposición no va a haber nadie capaz de recuperar tanto derecho fundamental perdido con la excusa cutre de la crisis y el déficit.
Por lo pronto, ya hemos perdido al juez más valiente (o inconsciente, tanto da) de España. No va a ser lo único, queridos.
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