domingo, 16 de octubre de 2011

Hoy no hablaremos de la huelga





Hasta ahora no he querido tratar de un asunto tan acuciante como la huelga de profesores de la enseñanza pública. No lo he hecho porque hay unas cuantas cosas que me indignan. Y, por una vez, no todas tienen que ver con la infausta Aguirre, la inútil y arrogante Figar y sus acólitos, más o menos despistados. 


Porque no pretendo ir de líder extremista y llamar a las barricadas pero ¿qué daño real hacemos a quienes nos hacen daño (léase: la administración educativa) convocando huelga por días sueltos cuando los alumnos están sentados en las aulas, el curso en marcha y todo controlado? 


¿No habría sido mejor la propuesta (que quedó como minoritaria en las asambleas previas al inicio del curso) de bloquear el proceso? Es decir, huelga indefinida desde el día uno o dos de septiembre para no hacer matrícula de alumnos, no hacer exámenes, no firmar actas, no permitir el comienzo de la Selectividad ni, por ende, el cierre del curso anterior y el principio de este. Eso sí habría deshecho el plan de la Aguirre-Figar (ente monstruoso de dos cabezas todavía no descrito en los bestiarios) de degradar a pasos agigantados la enseñanza pública. La única de calidad, añado yo, de este país. 






Evidentemente, alguien juicioso dijo: "No lo hagamos; eso conlleva expediente sancionador, son normas de obligado cumplimiento". Claro que sí hermano, pero me pregunto si veinte mil expedientes son fáciles de instruir o si solo podrían hacerlo con cuatro cabezas de turco, como tienen costumbre. Y eso nos adentra en otra dinámica de tipo político-judicial más fácil de manejar que la situación presente. 


Por ahora, tras cinco jornadas de huelga con claro éxito de participación y varias manifestaciones ruidosas y masivas, la Consejería de Educación y Empleo, como se llama ahora, no se ha dignado siquiera dar atisbos de que quiere negociar. Esta semana hay convocadas otras dos. Ya veremos si la gente y sus nóminas descalabradas aguantan.


Mucho me temo que, si las circunstancias no dan un vuelco, la huelga está perdida. Pero eso ya lo sabía en septiembre. Como que no conozco a esta gente del garrote enhiesto que nos viene por todos lados... Que se preparen la universidad, la sanidad y otras excrecencias del sistema de protección social que, no lo olvidemos, está sentenciado por parte de los lobos que acechan el poder. 


Por cierto, ¿alguien se ha planteado en serio a quién va a votar este 20-N?

No hay comentarios: