jueves, 6 de octubre de 2011

"Buena chica", esencia de Secretos




Dentro del pop español, y créanme que sé de qué estoy hablando, esta es quizá la canción con la letra más contundente, concisa y triste que conozco. Las hay más bellas y, desde luego, más divertidas, pero ni se acercan a la formidable capacidad para la elipsis y la sugerencia de "Buena chica".


"Su casa bordeando la autopista
hizo que ella creciera muy deprisa.
No quise conocerla de aquel modo: 
Si quieres comprar algo, tengo todo". 



"Y pocas veces sonreía
pero con eso a mí me valía".



¿Qué más hace falta para establecer un panorama, que vale por toda una vida? Todos los antecedentes que necesitamos conocer están condensados en los dos versos iniciales. En el cuarto aparece el narrador. Poco más podría decirse, y nada con más elegancia. 



"No pude acompañarla en aquel vuelo
porque apenas pisábamos el suelo.
Antes que nuestro tren descarrilara
en marcha me bajé sin decir nada".


"En otro tiempo me gustaba,
cuando en su mismo barco viajaba".


Ya está contada la historia de una relación. En realidad, la de toda una generación, incluyendo el mismo Enrique Urquijo, que se relacionó con el lado oscuro y no siempre salió bien parada. 


"La vi en bar de aquellos que frecuenta,
estaba de negocios en la puerta
y comprendí que nada había cambiado
ojalá que no la hubiera encontrado".


"Te juro que era buena chica,
aunque con poco apego a la vida". 


Por si no nos imaginábamos el final de la historia, ahí está el último verso. Demoledor. 

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