miércoles, 4 de enero de 2012

No, si yo entiendo al ex-presidente del Valencia C.F.






Y, como él, a veces me he visto presionado para soltar una pasta que no podría justificar de ningún modo. También, como a él, me ha impresionado la entidad de las personas que me pedían esos libramientos. Y sabía del prestigio que obtendría a sus ojos, los problemas que me iba a evitar y lo bien considerado que estaría. 


Pero, a diferencia de todos esos responsables de las diversas Generalitats, presidentes de empresas, de clubes y demás, sé que el dinero, sobre todo si es público, es una cosa bien seria a la que tengo gran respeto, por no decir miedo cerval. Y que todo gasto hecho debe ser respaldado por su correspondiente factura. E incluido en su concepto apropiado. Y defendido cada principio de año ante quienes controlan mi gestión. 


Por ello, lo lamento pero no hay excusas. O se hace bien o lo contrario, perdónenme ustedes, es un robo. En cualquiera de sus variantes: desfalco, apropiación indebida, desvío de fondos, como queramos tipificarlo. Pero robo. 


Dicen los vejetes de cualquier plaza pública que en España hay mucho sinvergüenza. Puede que sí. Lo que hay es demasiada gente sin miedo a que la pillen cuando roba a todos los demás y demasiada gente que no tiene miedo a que alguien vaya un día a investigar sus cuentas. 


Que esto no es Suecia, señores. Ni tampoco hace falta. Considero, no obstante, que la honradez es asunto privado. Establecer el miedo al lobo sí es deber de los gobiernos. 

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